lunes, 27 de noviembre de 2006

Doctrina

En el mes de la Biblia
Breve Reseña

La Biblia en realidad es una biblioteca de 66 libros escritos durante un período de unos 1500 años. Los 39 libros del Antiguo Testamento aparecieron a lo largo de unos mil años. (aprox. de1 400 a 400 a.C.); los 27 libros del Nuevo Testamento fueron escritos en un tiempo aproximado de 50 años (45-95 d.C.). Casi 40 escritores participaron en la producción de estos 66 libros. ¿Cómo sucedió que finalmente aparecieran en un solo tomo llamado "la Biblia"?

La palabra-Biblia-nos viene del sustantivo griego plural ta biblion que significa "los libros," por vía del sustantivo latín singular Biblia que significa "el libro". ¿Cómo llegaron "los libros" a ser "el Libro"? Tal es el tema de nuestra discusión en este resumen.
EL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Por "canon" queremos decir una lista de libros oficialmente aceptada. El canon protestante del Antiguo Testamento es idéntico al canon hebreo de las Sagradas Escrituras. Para los judíos ésta es la Biblia completa.

El Canon Hebreo. El núcleo básico es la Torah, o sea la Ley de Moisés que consiste en los primeros cinco libros de nuestro Antiguo Testamento.

En la Biblia hebrea el primer libro lleva el título "Bereshith," "En el Principio." Los judíos acostumbran usar la primera palabra hebrea de cada libro para darle su título.

En nuestras Biblias usamos para los primeros cinco libros, los nombres que se usan en la Versión Septuaginta, del griego. Génesis es sencillamente la palabra griega para "el principio". Éxodo procede del griego y quiere decir "una salida." Levítico al hecho que trata en gran parte la obra de los sacerdotes que eran de la tribu de Leví. Números es el equivalente castellano del griego arithmoi (Ver. Septuaginta) El libro relata los dos censos del pueblo israelita, el primero hecho en Sinaí, poco después de la salida de Egipto, y el segundo en las llanuras de Moab, antes que cruzaran la frontera de Canaán (cap. 26). Deuteronomio se deriva de dos palabras griegas, déuteros,-segundo,- y nomos,-ley." Describe la segunda entrega de la Ley de Moisés. La primera entrega fue a la generación de israelitas que salieron de Egipto, y aconteció en Sinaí. La segunda fue a la siguiente generación, antes que entraran en la Tierra Prometida.

El canon hebreo tenía tres divisiones: (1) la Ley, consistía en los cinco libros de Moisés; (2) los Profetas, dividido en los Profetas Anteriores [Josué, Jueces, Samuel y Reyes (éstos dos últimos eran considerados como uno)] y los profetas Posteriores, (Isaías, jeremías, Ezequiel y los Doce). En el Canon hebreo los 12 profetas menores estaban unidos en lo que llamaban "el Libro de los Doce"; (3) los Escritos (Estos además se subdividían en tres Libros Poéticos (Salmos, Proverbios, Job) los Cinco Rollos (Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester), y los tres Libros Históricos (Daniel, Esdras-Nehemías, Crónicas).

En Lucas 24:44 Jesús dijo que "era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos." Debido a que la tercera división, los Escritos, comenzaba con los Salmos, a veces se hacía referencia a todo el grupo de libros como "los Salmos."

Quizás una razón por la que se formaron los Cinco Rollos fue su uso especial en los cultos. El Cantar de los Cantares se leía en la Pascua, Rut en la Fiesta de las Semanas (el Pentecostés), Eclesiastés en la Fiesta de Tabernáculos, Ester en la Fiesta de Purim, y Lamentaciones en el Día de Ayuno, conmemorando la destrucción de Jerusalén en 586 a.C.

¿Cuándo y por qué establecieron oficialmente los judíos su canon de las Escrituras? Desde tiempos antiguos habían empleado los libros de la Ley como dotados de autoridad divina. Los libros de los diferentes profetas probablemente fueron aceptados como sagrados desde que aparecieron.

La situación después del año 70 d.C. requería acción oficial. Porque fue destruido el Templo, juntamente con la ciudad de Jerusalén. Esto trajo la terminación del sistema judío de sacrificios. Los saduceos, que habían dominado el sacerdocio, se desvanecieron. Los fariseos, que enseñaban las Escrituras en numerosas sinagogas, sobrevivieron como los líderes. Los judíos llegaron a ser el pueblo del Libro. Pero tenían que trazarse los límites exactos de las Sagradas Escrituras. No podía haber ninguna duda respecto a los libros que tenían que admitirse como dotados de autoridad divina.

Luego comenzaron a aparecer los escritos cristianos: las Epístolas de Pablo, otras cartas, y muy especialmente los Evangelios. Era necesario condenar todos estos libros nuevos e impedir que fuesen usados por los adherentes del judaísmo.

El resultado fue que en el Concilio de Jamnia, alrededor de 90 d.C., los rabinos fijaron oficialmente los límites del canon judío. Allí se incluyeron los 39 libros de la Biblia hebrea actual, divididos entre la Ley, los Profetas y los Escritos.

LOS 400 AÑOS ENTRE EL ANTIGUO TESTAMENTO Y EL NUEVO TESTAMENTO

Durante ese tiempo, las escrituras hebreas fueron traducidas por primera vez a otro idioma cerca del 284 a.C. en Egipto. El rey egipcio convocó a 70 eruditos para que hiciesen una traducción de las escrituras hebreas. Libro tras libro tradujeron el Antiguo Testamento al griego y se le dio el nombre de Septuaginta, que significa 70 por el número de los que las tradujeron y esta se convirtió en la versión griega de la Biblia hebrea. De ellas se derivan muchas de las citas del Nuevo Testamento y por eso es por lo que las citas que hay en el Nuevo Testamento sacadas del Antiguo están en ocasiones expresadas con diferentes palabras, porque proceden de la traducción griega. La Septuaginta existe actualmente y es usada en diferentes partes del mundo y sigue además siendo un documento muy importante.
Entretanto, los imperios paganos de alrededor se habían estado deteriorando y desintegrando. Hartos del politeísmo y del vacío de sus creencias paganas. Los judíos habían pasado por tiempos de presión y no habían conseguido establecerse de nuevo, habiendo perdido toda esperanza. Había un ambiente de expectación creciente, en el sentido de que la única esperanza que les quedaba era la venida, por fin, del Mesías prometido. En el este, los imperios orientales habían llegado a la situación en que la sabiduría y el conocimiento del pasado se había esfumado y estaban buscando algo. ¡¡Cuando llegó el momento!! en que apareció la estrella sobre Belén, los magos del este, que buscaban una respuesta a sus problemas, la vieron de inmediato y salieron con el fin de buscar a Aquel al que apuntaba la estrella. Por ello, "cuando llegó por fin el tiempo, Dios envió a su Hijo.

EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

Aproximadamente por el año 140 d.C., un hereje de Roma llamado Marción adoptó como su Nuevo Testamento diez de las Epístolas de Pablo (excluyendo las epístolas pastorales), y un evangelio de Lucas truncado (faltándole los primeros dos capítulos). Además rechazó totalmente el Antiguo Testamento. Para contrarrestar su influencia se hizo necesario que la iglesia cristiana ortodoxa considerara la necesidad de fijar los límites de su canon.

Otro factor fue el edicto de Diocleciano en 303 d.C., demandando la destrucción de todos los libros sagrados del cristianismo. ¿Querría un cristiano exponer su vida por la posesión de un libro religioso que no era verdaderamente inspirado por Dios?

Los primeros padres de la iglesia del segundo siglo, tales como Ignacio y Policarpio indican un conocimiento amplio de las Epístolas de Pablo, de algunos de los Evangelios, y de I Pedro y I Juan. El uso de nuestros libros del Nuevo Testamento aumentó constantemente durante la primera mitad del segundo siglo. Por ejemplo, Justino Mártir (1.50 d.C.) demuestra tener conocimiento de los cuatro Evangelios Los Hechos, varias de las Epístolas de Pablo, Hebreos, I Pedro y el Apocalipsis. Al fin del segundo siglo es claro que tanto Ireneo en Galia (Francia), como Clemente de Alejandría (Egipto) y Tertuliano de Cartago (Norte de África), todos tenían esencialmente el mismo Nuevo Testamento que nosotros tenemos hoy día.

Durante el tercer siglo hubo bastante controversia respecto a la canonicidad de siete de nuestros libros del Nuevo Testamento. Estos eran Hebreos, Santiago, 2º Pedro, 2º y 3º Juan, Judas y Apocalipsis. Esa incertidumbre continuó hasta el cuarto siglo. La primera lista exacta de nuestros 27 libros se encuentra en una carta de la Pascua de Resurrección escrito por Atanasio en 367 d.C. Por fin casi al fin del siglo cuarto, en 397 d.C. el Concilio de Cartago decretó que solamente deberían leerse en las iglesias. Luego dio una lista de los 27 libros de nuestro Nuevo Testamento. Desde aquel día el canon del Nuevo Testamento ha permanecido igual y ha sido el canon protestante desde la Reforma. Creemos que el Espíritu Santo guió en la selección de los libros, hecha por ese concilio.
Es realmente asombroso de qué modo Dios se vale de la historia para llevar a cabo sus propósitos. Aunque estamos viviendo en días que podíamos llamar "el silencio de Dios cuando durante casi 2.000 años no se ha escuchado la voz inspirada de Dios, hemos de mirar atrás, como lo hicieron otros durante esos 400 años de silencio, a la historia inspirada y darnos cuenta de que Dios ha dicho ya todo cuanto era necesario decir, por medio del Antiguo y del Nuevo Testamentos. No cabe duda de que los propósitos de Dios no se han acabado aún, pues él los está llevando a cabo tan plenamente ahora como lo hizo en aquellos días. De la misma manera que era preciso que el mundo llegase a una situación de absoluta falta de esperanza entonces, y el que habría de convertir en realidad todas sus esperanzas apareció entre ellos, el mundo se enfrenta de nuevo con un tiempo en el que la desesperación se está extendiendo por toda la tierra. Por todas partes reina la desesperación y Dios se esta moviendo en estos
tiempos para hacer que se cumplan las palabras proféticas acerca de la segunda venida de su Hijo al mundo con el fin de establecer su reino. ¿Durante cuánto tiempo? ¿Cuánto falta? ¿Quién lo sabe? Pero lo que Dios ha hecho en la historia, volverá a hacerlo al acercarnos al final del “silencio de Dios”.
LAS VERSIONES EN CASTELLANO DE LA BIBLIA
EL NUEVO TESTAMENTO DE ENZINAS (1543)
Habían transcurrido veintiún años desde que Lutero había traducido el Nuevo Testamento al alemán, dieciocho desde que William Tyndale había hecho lo mismo en inglés, y sólo 8 desde que Bruccioli en italiano y Pierre Olivetan en francés habían seguido el ejemplo de Lutero, cuando Francisco de Enzinas, con apenas 20 años, publica en Amberes la primera edición del Nuevo Testamento en lengua castellana. Aún no había comenzado el Concilio de Trento, que prohibiría las ediciones de las Sagradas Escrituras en lengua nacional, y hacia siete años que había muerto Erasmo, cuya edición griega del Nuevo Testamento fue usada por Lutero.
La traducción al castellano de Francisco de Enzinas, fue terminada en 1542. Hoy en día existen poquísimas copias de esta edición del Nuevo Testamento, pues, apenas sacada a la luz, sus ejemplares fueron prohibidos, recogidos y secuestrados por las autoridades eclesiática y civiles.

LA BIBLIA DE FERRARA (1553)
A los diez años de haberse editado el Nuevo Testamento de Enzinas, aparecen impresas por primera vez en la lengua de Castilla las escrituras del Antiguo Testamento.
Los judíos Abraham Usque, portugués y Yom Tob Atías, español, publican la Biblia de Ferrara el 1º de Marzo de 1553 (14 de Adar de 5313 de la era judaica). En Italia y no en España, “donde la inquisición trabajaba con mano de acero y sin contemplaciones y no dejaba a judíos o protestantes mas opción que la hoguera o el destierro”, según Clemente Ricci.
El Dr. Eric N. North en su ensayo, "Ahora en Mil Idiomas" dice que "se calcula que en la víspera de la invención del arte de imprimir, se había traducido la Biblia o alguna porción de ella solamente a 33 idiomas, 22 de Europa, 17 de Asía y 4 de África. Más sorprendente es esta declaración: "Pero aún hasta 1800 solamente había alguna porción impresa de la Biblia en 71 idiomas -50 en Europa, 13 en Asia, 4 en África, 3 en las Américas y 1 en Oceanía.
“Los siguientes 30 años contemplaron una expansión asombrosa. 86 nuevos idiomas recibieron alguna porción de la Biblia -más que en todos los 1800 años anteriores. Y 66 de estos eran idiomas fuera de Europa, debido a el movimiento misionero, con sus raíces regadas y nutridas con el Avivamiento Evangélico del Siglo 18”

Para el año 1938 el número de traducciones de las Escrituras pasó de mil. De éstas había 173 en Europa, 212 en Asía, 345 en África, 89 en las Américas y 189 en las islas del mar. Por ahora la cifra total pasa bastante por encima de 1,200 idiomas en que se ha traducido la Biblia totalmente o en parte.
Este es una muy breve reseña histórica.
Dios le Bendiga ricamente.

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